domingo, 17 de octubre de 2010

Fantasía.

«(...) A muchos la Fantasía, este arte subcreativo que le hace al mundo y a todo lo que en él hay sorprendentes trucos y combina nombres y redistribuye adjetivos, les ha parecido sospechosa, cuando no ilegítima. A algunos les ha resultado, como poco, una tontería infantil, algo que queda para la infancia de los pueblos o de las personas. Por lo que se refiere a su legitimidad, me limitaré a citar un corto párrafo de una carta que una vez escribí a alguien que tildaba los mitos y cuentos de hadas de "mentiras". Para hacerle justicia añadiré que estuvo lo suficientemente amable y lo bastante equivocado como para calificar la labor de escribir cuentos como "dorar mentiras".


Muy señor mío -dije- Aunque ahora exiliado,
el hombre no se ha perdido ni cambiado del todo;
quizá conozca la desgracia, pero no ha sido destronado
y aún lleva los harapos de su señorío.
El Hombre, Subcreador, es la Luz refractada
como una astilla sacada del Blanco único
de mil colores que se combinan sin cesar
en formas vivas que saltan de mente en mente.
Aunque poblamos el universo y todos sus rincones
con elfos y trasgos y nos atrevimos a hacer dioses
y sus moradas con la sombra y la luz,
y aventamos semillas de dragones... era nuestro derecho.
(bien o mal usado). Ese derecho sigue en pie:
aún seguimos la ley por la que fuimos hechos...»

J.R.R. Tolkien, Sobre los cuentos de hadas.


Nunca nadie supo interpretar tan bien una verdad tan personal.